Elisa Garrido, ya integrada en la Red Ponzán, recibió el sobrenombre de “Francoise” del mismo Francisco Ponzán, Hacían Marino y ella labores de mensajería y poco más, “porque en Toulouse no había apenas infraestructura”, explicaba la misma Elisa. Tanto ella como Marino eran seguidos de cerca por los gendarmes franceses, afectos al Régimes de Vichy, colaboracionistas con los nazis, como por la Gestapo.
Cuando detuvieron a Paco Ponzán, cuenta Elisa, “la encargada de llevarle la comida a la cárcel fui yo, porque nadie se atrevía y alguien tenía que hacerlo. Así que yo le llevaba la comida, la ropa limpia y recogía la sucia para lavarla. Incluso llevaba paquetes a los campos de concentración”.
En 1943 la Gestapo estaba detrás de los colaboradores de Ponzán, y por el mismo Ponzán, en un carta que envía a su hermana Pilar, sabemos de la detención de Elisa, aunque la cita como “La Maña”: